Lejos quedó el recuerdo del último título levantado por Junior, el 11 de septiembre del 2020, cuando se coronó campeón de la Superliga ante el América de Cali, en el Pascual Guerrero. 

Luego de ese día, arrancó la era de Luis Amaranto Perea y hoy, casi un año después, ningún otro trofeo ha ido a reposar las vitrinas y los hinchas acumulan siete frustraciones, una con cada eliminación sufrida. 

“Al final si nos han eliminado siete veces, es porque nos hemos clasificado siete veces, todo depende de cómo se vea”, fue la frase que soltó el adiestrador tras el más reciente fracaso  que dejó fríos a las hinchas, que no aspiran a que su equipo se clasifique y participe, sino que exigen que gane. Sí o sí y más luego de casi un año.

Perea colecciona en su recuento la eliminación en la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, la Liga Colombiana, y la Copa Colombia en 2020.

Para este año la Copa Libertadores, la Liga Colombiana y la Copa Sudamericana. No despega por ningún lado. 

El triunfo en Paraguay, más allá de engordar la diminuta honra de ser uno de los entrenadores en la historia del equipo con más victorias en países extranjeros, no deja de ser una victoria pírrica. Tres puntos que al final no significan nada. 

Y más allá de la gran responsabilidad que le cabe al entrenador, lo cierto es que estos jugadores han venido demostrando una inmensa incapacidad en los partidos claves. 

En la Copa Sudamericana, del año pasado y de este año, se quedaron a un gol de seguir en una ronda siguiente. En la Liga Colombiana se ha fallado en los momentos claves, de manera sistemática. Y en la Copa Libertadores, faltó un centavo para el peso.

La radiografía está clara, hay un círculo vicioso: en el campo no hay jerarquía y en el banco tampoco hay respuestas. Entre unos y otros se miran para ver quien reacciona.  

Ciertamente la reacción no llegó desde la Junta Directiva, que con refuerzos de bajo costo ya firmaron el primer fracaso del semestre.

Por ejemplo, Cristian Martínez Borja ha sido titular en un juego mostrando un bajo estado físico y teniendo solo una opción de gol, el penalti fallado que tiró al traste las opciones de avanzar. 

¿Tras siete eliminaciones, cuándo llegará la hora de ganar? ¿Cuándo se acabará la hora de los aprendizajes? ¿Cuándo los jugadores asumirán la responsabilidad de jugar en un equipo grande?. Muchas dudas a un equipo que no ofrece respuesta positiva desde el análisis y menos en la cancha. 

El horroroso inicio en la Liga Colombiana tendrá un condimento especial desde el domingo, cuando por primera vez en su ciclo Luis Amaranto Perea dirija con hinchas desde las gradas, que aunque no serán muchos, le harán sentir las opiniones de su labor. 

Tal vez así se despierte de ese letargo en el que está anestesiado a punta de fracasos.